La acupuntura utiliza agujas finas para estimular puntos específicos y aliviar el dolor y otros síntomas. El procedimiento implica la inserción de una aguja tradicional y luego se coloca un pequeño electrodo en la aguja. El electrodo proporciona una suave vibración que estimula la energía que circula por estos puntos. Se cree que ayuda a aumentar la circulación sanguínea, lo que puede ayudar a aliviar el dolor y posibles obstrucciones.
Suele ser muy calmante, proporcionando un suave zumbido y un tratamiento más fluido. El electrodo reemplaza a la mano del acupunturista que mueve la aguja para activar los puntos. Esto ayuda a evitar que el practicante se canse y garantiza que el individuo reciba la estimulación adecuada. Además, los tratamientos de electroacupuntura tienden a ser más cortos que los tratamientos de acupuntura habituales debido a la estimulación eléctrica continua y más fuerte. Una ventaja única de la electroacupuntura es su capacidad para simular áreas más grandes que la aguja por sí sola. La electroacupuntura puede tratar diversas afecciones, entre ellas:
Estrés
Dolor crónico
Espasmos musculares
lesiones nerviosas
Artritis
Lesiones deportivas
Obesidad
Desequilibrios hormonales
Problemas digestivos como estreñimiento o diarrea.
Condiciones neurológicas
La electroacupuntura aumenta la intensidad de las señales enviadas a través de las agujas para ayudar a aumentar la comunicación.