Equilibrio hormonal: Las hormonas como el estrógeno, la testosterona, la adrenalina y la insulina son mensajeros químicos extremadamente importantes que afectan muchos aspectos de la salud, incluidos los problemas de dolor crónico que pueden estar asociados con la ciática. Las hormonas son secretadas por varias glándulas y órganos, incluyendo la tiroides, las glándulas suprarrenales, la hipófisis, los ovarios, los testículos y el páncreas. Todo el sistema endocrino trabaja en conjunto para controlar el nivel de hormonas que circulan por todo el cuerpo. Y si uno o más está desequilibrado, puede causar problemas de salud importantes.
Los síntomas más comunes del desequilibrio hormonal incluyen:
Esterilidad y periodos irregulares
Aumento de peso o pérdida de peso (inexplicable, no debido a cambios intencionales en la dieta)
Depresion y ansiedad
Fatiga
Insomnio
La libido baja
Cambios en el apetito
Problemas con la digestión
Adelgazamiento y pérdida del cabello
Los síntomas de los desequilibrios hormonales pueden variar según el tipo de trastorno o enfermedad que causen. Por ejemplo, los síntomas de la diabetes incluyen aumento de peso, cambios en el apetito, daño a los nervios y problemas de la vista. El exceso de peso y la obesidad también pueden, en última instancia, causar dolor lumbar y ciática. Los tratamientos convencionales para los desequilibrios hormonales incluyen terapias de reemplazo de hormonas sintéticas, es decir, inyecciones de insulina, medicamentos para la tiroides. Sin embargo, con este tipo de tratamientos vienen efectos negativos, como dependencia de medicamentos, efectos secundarios graves como derrames cerebrales, osteoporosis, ansiedad, problemas reproductivos, cáncer y más. Y con estos tratamientos sintéticos, los síntomas no se tratan sino que solo se enmascaran. Afortunadamente, existen formas de adquirir el equilibrio hormonal de forma natural. Por ejemplo, manténgase alejado de los aceites ricos en grasas omega-6 (cártamo, girasol, maíz, canola, soja y maní). En su lugar, utilice fuentes ricas en omega-3 naturales (pescado salvaje, semillas de lino, semillas de chía, nueces y productos animales alimentados con pasto).